Corazón de perro has de tener
Pasas por la puerta del bar
Y no entras a beber
Con los ojos de un perro he mirado el mundo,
tenebroso y hermoso en un atardecer
nublado, en la Alameda,
cuando un arco iris podaba los viñedos.
He visto
el mundo en los ojos de un perro,
sus bondades, sus cienos, su hoz, su locura,
el ruido del dinero,
mientras el río Guadiana se seca sin canción.
Con los ojos de un perro he mirado el mundo,
he visto los tractores verdes y rojos
perderse entre las lluvias
como quien entra
en una discoteca de cristal
donde bailan eléctricos
los esqueletos del amanecer.
He visto
el mundo en los ojos de un perro
y he comprendido que es hermoso vivir
en este día de tormenta, en la Alameda,
cuando es ácida la luz que entra
en mis ojos de perro.
Algún día se irá
y recordará, corazón de perro,
este bar de La Mancha donde
una tarde tenebrosa y hermosa,
entre vinos y amigos,
volvió a tener la vida
el olor de las tormentas.
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