WEB Conocer Tomelloso
Si de algo nos podemos sentir orgullosos los tomelloseros es de la riqueza artística y cultural que, desde siempre, ha tenido nuestro pueblo. De ellos dan fe las obras de escritores, pintores, escultores..., de los que aquí hablaremos y las de otros tantos que, por falta de espacio o por olvido, nos dejaremos en el tintero.Por otro lado, es difícil explicar dónde nace esa honda inquietud cultural que, desde siempre, han sentido nuestras gentes. Hay que tener en cuenta que, hasta que se hizo obligatoria por ley la enseñanza primaria, muchos niños y niñas apenas si acudían a la escuela porque tenían que irse a trabajar al campo desde los primeros años, unos por necesidad y otros, porque muchos padres consideraban que de la escuela sólo era útil aprender a leer, escribir y las "cuatro reglas". Existía el convencimiento generalizado de que para aumentar el capital familiar eran suficientes esos conocimientos y la dedicación de toda la familia al trabajo en las viñas. Así se puede comprobar que muchos de nuestros hombres y mujeres ilustres tuvieran una formación insuficiente y autodidacta que completarían únicamente después de demostrar sobradamente y con muchas dificultades sus condiciones artísticas o literarias. Esta circunstancia nos hace imaginar cuántos tomelloseros y tomelloseras vieron frustradas sus inquietudes culturales por falta de formación y apoyo.Hablaremos en esta sección de algunos de los consagrados pero en realidad deberíamos hablar de los muchos artistas anónimos cuyas obras casi nadie conoce y cuya formación autodidacta da aún mas valor y causa más asombro.
Si de algo nos podemos sentir orgullosos los tomelloseros es de la riqueza artística y cultural que, desde siempre, ha tenido nuestro pueblo. De ellos dan fe las obras de escritores, pintores, escultores..., de los que aquí hablaremos y las de otros tantos que, por falta de espacio o por olvido, nos dejaremos en el tintero.Por otro lado, es difícil explicar dónde nace esa honda inquietud cultural que, desde siempre, han sentido nuestras gentes. Hay que tener en cuenta que, hasta que se hizo obligatoria por ley la enseñanza primaria, muchos niños y niñas apenas si acudían a la escuela porque tenían que irse a trabajar al campo desde los primeros años, unos por necesidad y otros, porque muchos padres consideraban que de la escuela sólo era útil aprender a leer, escribir y las "cuatro reglas". Existía el convencimiento generalizado de que para aumentar el capital familiar eran suficientes esos conocimientos y la dedicación de toda la familia al trabajo en las viñas. Así se puede comprobar que muchos de nuestros hombres y mujeres ilustres tuvieran una formación insuficiente y autodidacta que completarían únicamente después de demostrar sobradamente y con muchas dificultades sus condiciones artísticas o literarias. Esta circunstancia nos hace imaginar cuántos tomelloseros y tomelloseras vieron frustradas sus inquietudes culturales por falta de formación y apoyo.Hablaremos en esta sección de algunos de los consagrados pero en realidad deberíamos hablar de los muchos artistas anónimos cuyas obras casi nadie conoce y cuya formación autodidacta da aún mas valor y causa más asombro.